jueves, 10 de marzo de 2016

Campaña Diálogo por Malvinas. Segunda parte. Gira Latinoamericana. 
Algunos se preocuparon porque durante unos días no pude escribir. Trabajamos mucho y se nos complico la parte técnica. Ese fue el único motivo. Llegamos a Buenos Aires y esperamos para comenzar la última parte y llegar a Ushuaia, como lo prometimos.
Nos quedamos en Ecuador y teníamos que seguir bajando, con lo cual hoy contaré, brevemente, porque después iremos ampliando, o lo pondremos en el libro como muchos me sugirieron.
Esta parte está dedicada a Perú y a Chile.
Recorriendo Perú descubrimos muchas cosas, además de la de encontrar a gente muy gentil.
Decidimos tomar la carretera que desciende sobre el Pacífico, y me pareció la mejor opción. La camioneta surcando la ruta arenosa y ahí, al lado, el mar, acompañándonos y jugando con nosotros. Las playas vírgenes nos invitaban a descender y recorrerlas, pero nuestro apuro por terminar y llegar nos llevaban para adelante, sin dejar de acelerar. Las dunas gigantes forman una barrera entre la ruta y el mar, y la arena, atrevida como pocas, cruza a la altura de las ruedas, para formar otras dunas del otro lado de la ruta. Las casas son de esterillas, y aunque parezca un síntoma de pobreza, no imagino otro tipo de construcción para defenderse de las tormentas de arena.
El sol nos va castigando y es necesario parar a buscar un poco de líquido en algún lugar. Una pequeña construcción en donde se combinan una especie de supermercado, junto a unas casas y la infaltable iglesia con su Santo. Compartimos nuestra comida con un perro mas parecido a una hiena que a un animal doméstico y que nos mira como diciendo o me dan algo o se convierten en mi almuerzo.
Seguimos viaje y nos encontramos con una de las ciudades mas importantes de Perú, Chiclayo, llamada la heroíca Fue una de las ciudades que más colaboró con la gesta del general San Martín para luchar por su libertad.
Nos llamaron la atención tres cosas. En algún lugar vi una estatua de Naylamp, un Dios del Mar, que llegó a esas costas con una gran cantidad de personas, a bordo de balsas, cerca del siglo II d.c. y que gobernó durante doce generaciones. Algunos lo atribuyen a un Dios Maya que llegó a esas costas, pero lo cierto que hay verdadera devoción y respeto por este Rey milenario.
La segunda cosa tiene que ver con los alimentos. Me llamó la atención la mención permanente a King Kong. Averiguamos y nos invitaron a probar un postre, muy rico, hecho a base de galleta, manjar blanco, dulce de piña y dulce de maní. Imposible pasar por ahí sin probar uno. Una delicia. Dicen que es una vieja tradición y que cuando se estrenó la película alguien sugirió ponerle así al postre, por lo grande.
El tercer tema fue el descubrimiento de una estatua, dedicada aun aviador. Es un homenaje a José Abelardo Quiñones Gonzales, un héroe de guerra, que se inmoló para atacar un nido de artillería aérea ecuatoriano, en 1941. Hoy es reconocido por los dos países por su valor, y su figura fue incluida en los billetes de 10 soles. Que lindo sería que un héroe de Malvinas estuviese en algún billete de nuestro país.
Descansamos y al otro día partimos hacia Lima. Nos esperaban unas reuniones y cruzar esa Ciudad hermosa. Nos costó un poco porque tuvimos la mala fortuna de llegar en un horario complicado, pero la atravesamos disfrutándola. No se porque quería ver la luna de Lima. Alguien me había hablado de ella y quería mirarla por un momento. Esa luna a la que le había cantado Chabuca, le escribió Vallejo, y que cobijó el amor del Gran Correntino con esa hermosa habitante de Guayaquiel, Rosa Campuzano, que era la mejor amiga de la mujer de Bolívar. No tuvimos suerte. La lluvia nos iba empujando a seguir camino. Comimos rico, en un pequeño pueblo a orillas del Pacífico, en la casa de una señora. Pescado frito, sopa, ceviche, y otras exquisiteces. Claro que abusar trae sus consecuencias, y así fue durante un par de días.
Cruzar la zona sur de Perú fue una experiencia. Las líneas de Nazca nos invitaron a parar un poco y hacer unas fotos. Y bastante mas adelante nos encontramos con un acto político en plena ruta. Esperaban con banderas naranjas a Keiko Fujimori, candidata a Presidenta, y según las encuestas, las próxima mandataria de Perú. Decidimos esperarla y pudimos verla. Se sumó a la Campaña con mucho agrado y nos dedicó algunas palabras para nuestro país. Seguimos viaje para ver si llegábamos a la frontera. Descansamos muy poco y ahí estaba Chile. Cruzamos y paramos unos kilómetros mas adelante, con los chicos ya recompuestos y muchas ganas de avanzar.
El desierto es un desafío en si mismo. Lo afrontamos con la alegría de sabernos cerca de nuestro país. Manejamos toda la tarde con la expectativa de llegar al Paso de Jama antes de la noche. Nos habían adelantado que a las 23 horas cerraba la frontera, pero los tiempos nos daban para llegar. Lo que nadie nos contó es que íbamos a tener que subir hasta los 4.800 metros de altura. Nos demoró mucho esa subida y cuando llegamos ya no nos dejaron pasar. Pasamos la noche con una temperatura de 15 grados bajo cero, a esa altura.El frío se sumó mi apuntamiento, y mi sensación que entre mi cabeza y mi corazón me iban a abandonar ahí.
Bajarse de la camioneta era una locura, pero perderse ese cielo lo era más. Me hubiese gustado ser mas chico y tener la edad en el que uno se cree que sus seres queridos que ya no están viven en alguna de esas estrellas. Trate de buscar alguna que me dijera algo, como buscando a mi madre, pero no tuve mucha suerte. Todos peleamos por tener plata y sin embargo, ni toda la del mundo alcanza para poder comprar cinco minutos con alguien que ya no está.
Nos quedaba la noche mas larga, hasta las ocho que abrieran el Paso, y hasta aquí contaré. Faltan muchas cosas. Pero después seguiré.
Me traigo de este viaje el cariño de aquellos que nos recibieron y nos saludaron en la ruta. Desde los chicos a los que les explicamos que es Malvinas, a los grandes que nos dieron aliento para seguir reclamando. A todos ellos gracias. Mil gracias.
Después de este viaje yo ya no seré el mismo. Vuelvo otro. Vi las desigualdades, las luchas, el trabajo de la gente, desde el campesino mexicano, hasta el minero chileno, comí cosas tan ricas y que solo se comen en este rincón del mundo, escuche hablar en muchas lenguas, pese a que todos hablamos el mismo idioma, vi desiertos, selvas, lagunas, ríos, montañas, acantilados, mares, cielos, estrellas, vi a las mujeres mas hermosas del mundo, y a los mejores hombres del planeta, vi todo lo que quería ver y mas.
Ya no soy el mismo. Vengo con todo ese bagaje que solo te da una lugar como Latinoamericano. Soy otro. Este viaje reafirma mi lucha por Malvinas, pero también por la igualdad de oportunidades, por la educación para todos, por los derechos de los pueblos postergados que luchan hace mucho, por la justicia, en contra de la trata, y por muchas cosas mas.
Todos creen que Malvinas es parte de Latinoamérica y que debemos seguir reclamando por ellas. Porque todos sabemos que algún día, mas tarde que nunca, Latinoamérica ocupará el lugar que se merece en el mundo. Y para cuando llegue ese momento, Latinoamérica debe ser una sola, y las Malvinas parte de ella para siempre.
Vuelvo distinto.No se si seré mejor, pero se que ya no soy el mismo.

Calle 13 - Latinoamérica Directores Jorge Carmona y Milovan Radovic Productor Alejandro Noriega Patria Producciones
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